Cánovas del Castillo - Juventud y Entorno

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Ésta fue la Málaga que Cánovas conoció en sus años mozos, una Málaga en la que su afición a las letras no encontró la respuesta deseada, ya que en ese tiempo la vocación de la ciudad no marchaba por el camino de la cultura. Su padre, dirigía una academia, quiso que su hijo tuviera una profesión más lucrativa que la suya y el ambiente que veía en su entorno le aconsejó guiar a Antonio Cánovas por el camino de la contabilidad mercantil y operaciones de banca. Como el caracter del padre de Cánovas era autoritario, Antonio, dificilmente hubiera podido seguir otro camino, a pesar de su afición a la lectura, historia y filosofía. Posiblemente Antonio Cánovas del Castillo, hombre de talento, como ya se hizo patente desde sus primeros estudios, hubiera sido un distinguido comerciante o banquero de Málaga, sin una desgrácia que iba sin embargo a dejar camino libre a su brillante carrera; quedó huérfano a los quince años.

 

En vez de acelerar sus estudios mercantiles, entró de profesor ayudante en una academia, tal vez la misma de su padre, y fundó un periódico, "La Joven Málaga" que fue fruto de su precocidad y en el que publicó artículos literarios e hizo sus primeros escarceos políticos. Las primeras armas de Cánovas fueron pues literarias. La vida de Cánovas transcurre en el periódo que va desde 1828 hasta 1897, desde los ultimos años del reinado de Fernando VII hasta los inicios de la primera crisis de la Restauración y su propia muerte por asesinato. Don Antonio ya metido en los setenta años; puede decirse que éste hecho en sí no "truncaba" su carrera política pero si era un precedente de los cambios en los echos que se sucederían a continuación. Los biógrafos de Cánovas dan de su ciudad natal Málaga variadas descripciones de callejas morunas y escenas típicas, como la de su domicilio, del barrio de San Rafael, distrito Centro, en la Calle Nuño Gomez 11.( En la presentación de imagenes superior se muestra la vivienda contigua aún en pie de la calle Nuño Gomez 9, que es de factura muy similar a la de Cánovas natal, que fue recientemente derribada por seguridad ya que se encontraba en estado de ruina). Hasta los que encuentra un emporio industrial y comercial. Todo porque Málaga se transformó de aspecto y de ambiente en muy pocos años, justo lo que el futuro político vivió en ella. Precisamente el año de su nacimiento, 1828, Manuel Agustín Heredía estableció fundiciones junto a las minas de hierro que años antes había encontrado entre Marbella y Ojén. En 1832, Heredia, fundó "La Concepción", con Cánovas con cuatro años, la primera factoría de hornos modernos que hubo en España. Después vendría "La Constancia", "El Ángel" de Giró, y la colaboración de ambos con el Marqués de Larios que pronto fundaría una de las fábricas textiles mejor dotadas del momento, a ésta empresa pronto seguirian una fábrica de salitre, otra de jabónes y otra de licores, que aún conserva el nombre de la familia. Don José de Salamanca antes de emprender las primeras inversiones ferroviarias fundaría en aquel própero ambiente el primer banco de su carrera.

La fama del joven Cánovas le vino por tanto, de su talento como escritor y fue probablemente este talento el que impulsó su viaje a Madrid a los diecisiete años, con Narváez en el gobierno, el típico viaje a Madrid del provinciano que desea triunfar. Tenía un pariente, Serafín Estévanez Calderón, militar togado y erudito, que le relacionó muy pronto con otro malagueño muy bien situado, D. José de Salamanca que fue quien le buscó la primera colocación; un puesto en las oficinas de la compañía del ferrocarril, éste empleo sirvió para ayuda en su carrera universitaria, en 1846 empezó a cursar Derecho y Humanidades. Hubo cuatro foros de desenvolvimiento que contribuyeron a desarrollar su talento y a darle a conocer: la Universidad, el Ateneo, la prensa y las tertulias literarias. Cánovas disertó en las Cátedras como alumno y sus razonamientos o su presencia en sonadas polémicas fue seguida con atención porque sabía dar argumentos de lógica implacable y podía hasta en discusiones de poco calado elevar el nivel de discurso, encontrar soluciones originales y mantener el interés de cuantos le escuchaban. Una forma que tenía de ganarse la vida consistió en vender apuntes de las asignaturas a las que asistía, ya que tenía una gran capacidad de resumir una idea en palabras precisas.

En 1849, cuando Cánovas aún no había terminado la carrera, el Ateneo le abrió su tribuna, para que el estudiante malagueño pronunciara tres conferencias sobre el tema "Crítica sobre los cartesianos". La entrada de Cánovas del Castillo en la vida periodistica fue cauta y casi nunca entregada. Da la impresión que el joven malagueño entró en las redacciones más para darse a conocer que por auténtica vocación periodística. Colaboó en "El Clamor Público", "El Constitucional", "Las Novedades" y "La Patria". el hecho de que unos fuesen progresistas y otros moderados parece indicar que era indiferente a ellas en lo que respecta a su colaboración, puesto que sus trabajos de prensa fueron siempre literarios y aún en muchas ocasiones poéticos. Con todo Cánovas, era ya un hombre lo suficientemente conocido en la prensa cuando decidió dedicarse a la actividad política

Muchas veces se ha dicho que la figura del "político profesional" nace precisamente con la Restauración. Cánovas fue sin embargo, uno de aquellos hombres de muchas dedicaciones y ello no fue una tíbia entrega a la política sino un talante multivocacional como pocos hubo en su tiempo, e incluso cabe la posibilidad que Cánovas en la política no tuviera ni la primera ni la principal de sus vocaciones.

En el fondo, lo que pudo haber llevado a Cánovas a la política fue la história, aunque en un sentido muy distinto al que se le atribuye, y al que Cánovas alude en su entrevista con Benoist. Pudo ser en el mismo año 1852 cuando uno de los contertulios del suizo, Carlos O'Donnell, recibió de su tío el encargo de buscar un entendido en cosas antiguas: D. Leopoldo poseía un voluminoso archívo familiar, pero se sentía incapaz de ordenar los documentos, Carlos pensó enseguida en Cánovas y le propuso para el cargo de archivero, cargo que el malagueño aceptó encantado, no probablemente por entrar al servicio del general, sino por su afición a los documentos. Por su parte O'Donnell estaba haciendo oídos sordos a Ríos Rosas, que le instaba a inscribirse en un nuevo partído. En 1854 Cánovas ya no era archivero, sino secretário de O'Donnell, y que éste preparaba un pronunciamiento militar para derribar al gobierno moderado sin hacer el juego a los progresistas.

BIBLIOGRAFÍA: Antonio Cánovas del Castillo. El sistema político de la Restauración de Javier Tussel y Florentino Portero. ISBN 84-7030-598-0. Editorial Biblioteca Nueva. Javier Tusell, 1946 - 2005, fue catedrático de historia contemporánea en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) y uno de los intelectuales más activos de la España postfranquista. Autor de más de setenta libros, obtuvo algunos de los galardones más importantes que se otorgan en España, como los Nacionales de Ensayo e Historia, el Espejo de España, el Espasa Calpe de Ensayo, el Comillas de Biografía, el Jovellanos de Ensayo, el Godó de Periodismo y el Blanquerna, otorgado por la Generalitat de Catalunya.