El Cautiverio de los malagueños

El cautiverio de los malagueños. (Castellano antiguo)

Los moros de Málaga suplicaron al rey, luego como se entregaron las fortalezas, que les mandasse dar pan por sus dineros, que se morían de hanbre. E el rey les mandó dar pan e harina. Suplicaron eso mesmo que pues eran sus captivos, los quisiese rescatar. E el rey tuvo por bien de los rescatar, e el concierto del rescate fue de esta manera: (Capitulación del 4 de septiembre de 1487).

Primeramente, que todos los dichos moros e moras, así viejos como mozos, así pequeños como grandes o de teta, e los esclavos moros que ellos tenían por servidores, se hayan de rescatar e nos hayan de dar e pagar e den e paguen por cada cabeza de cada uno de todos ellos porque sean libres, e por todos sus bienes muebles, treinta doblas de oro de veinte y dos quilates de peso de hacenes pagado en oro e plata e perlas e aljofar e seda e joyas de seda. Todos de mancomún e a voz de uno e cada uno dellos por el todo se obligan de llano en llano de nos dar e pagar realmente e con efeto. En las cosas susodichas, el prescio e contía que montare en todos ellos y que para que mejor e más prestamente puedan cornplir, que hayan de facer e fagan luego almoneda de todos sus bienes e los vendan aquí e todo lo que en ella montare nos lo paguen luego. E que si la dicha paga que así ficieren luego en cuenta del dicho rescate no montare a complimiento de las dos tercias partes enteras del dicho precio del dicho rescate, que sean tenudos de nos pagar lo que restare dentro de sesenta dias primeros siguientes, e que la otra tercia parte la paguen en esta guisa: la mitad en fin del mes de abril del año venidero de ochenta y ocho e la otra mitad en fin del mes de octubre del año venidero; e que por todo lo que así restare por pagar de lo susodicho nos hayan de dejar e dejen rehenes por lo que así en ello montare; e que si a los dichos términos o cualquier de ellos no nos pagaren las contías que así quedaren por pagar, que todos los dichos rehenes sean e queden por nuestros cativos para siempre. Y ten, que nos mandamos poner los rehenes que asy quedaren en las cibdades de Sevilla e Córdoba e Xerez e Écija en poder de quien Nos mandáremos e que de ellos queden en esta cibdad en poder de Garci Fernández Manrique. Y ten que los dichos moros e moras no puedan vivir ni morar ni estar en el reino de Granada, así en lo que tienen los moros como en lo que Nos hemos ganado, sin nuestro mandamiento, salvo que todos hayan de pasar e pasen allende en navíos seguros a nuestra costa; pero si algunos de ellos quisieren ir a vivir e morar a cualesquier otras partes de nuestros reinos, que lo puedan facer segura e libremente. Y ten. es nuestra merced que en este dicho asiento non entren el Zegrí e el Cenetí e el moro loco que se llamaba santo, e los sobrinos del Zegrí e Sancta Cruz, e sus mugeres e fijos de todos ellos.

Doctor D. Miguel Ángel Ladero Quesada. Nació en Valladolid en 1943. Licenciado por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Valladolid, donde también se doctoró. Ladero, que en 1970, a sus 27 años de edad, obtuvo una plaza de profesor agregado de la Edad Media Universal y de España en la Universidad de La Laguna, accedió un año más tarde a la categoría de catedrático numerario con idéntica titulación y destino. En 1974 se trasladó a la Universidad de Sevilla y poco después a la Complutense, donde hoy continúa con su magisterio. Miguel Ángel Ladero ha dirigido una treintena de tesis doctorales, de las cuales las dos primeras fueron realizadas aquí. Todas han merecido la máxima calificación y abarcan los más diversos temas del medievalismo hispánico. A su amplia participación en tribunales de tesis, premios científicos y plazas docentes o de investigación en España y en el extranjero se suma su larga trayectoria investigadora, con dos centenares y medio de obras publicadas en diversas editoriales europeas y americanas, sin contar el más de un centenar de reseñas y notas críticas sobre libros, prólogos, artículos de prensa y otras publicaciones menores. Las mencionadas obras han permitido grandes avances en el conocimiento de la fiscalidad, la historia política, las minorías confesionales, la historia regional y otros muchos aspectos de los reinos hispánicos en la Baja Edad Media. Dentro de ellos, su primer foco fue la conquista y repoblación del reino de Granada, asunto al que dedicó su tesis doctoral, según expone Eduardo Aznar en su laudatio. Miguel Ángel Ladero dirigió más tarde su investigación a una de las cuestiones que le ha otorgado reconocimiento mundial, la hacienda y la fiscalidad. La Hacienda en el siglo XV, El siglo XV en Castilla. Fuentes de renta y política fiscal y Fiscalidad y poder real en Castilla, son algunas de sus obras más conocidas.